Suave sientes, cuando el amanecer se escancia entre las leves sombras pero
profundas, de los árboles que se adormecen por un lado ante el calor nimio del
sol y se levantan por otro, próximos aun
al frescor húmedo del rocío de la mañana.
Leve es el mecer del vello de tu piel, al dejar que la brisa amarga de un
atardecer triste, pueda someter al viento a la presión de tu mirada, para que
desaparezca en pro de la felicidad y arrastrándote hacia ella.
Limpia es la luna cuando humildemente agasajada por los rayos del sol,
responde con prestancia, arrogancia y despecho en ocasiones, iluminando los
bosques y montañas e incluso restando protagonismo a las estrellas, porque la
humildad si es limpia solo hace crecer la belleza en ti.
Tierno es el abrazo de un lecho de descanso y amor, si te acercas a él con
quien quieres en realidad, esperando que sepa aletargar tu cuerpo y ensalzar tu
pasión, para culminar cualquier momento del día en que te entregues sin
necesidad de estar preestablecido, reseñado, impuesto ni dirigido…solo por llegar
con tu corazón abierto pero sin capacidad para dejar escapar ni una brizna de
sentimiento.
Amables serán las palabras de tu compañero, cuando sepa de ti sin preguntar todo lo que necesita saber. por
escaso que parezca, sobrándole cualquier remota explicación ni designio
anterior al hecho mismo de conocerte.
Suave eres cuando me tocas, leve tu verbo y limpia tu mirada, tierna al
abrazarme y amable cuando me rescatas de la NADA para volverme a la PAZ.
Apúntame en la identificación...beso hermano.-
ResponderEliminarLuis cada vez que leo tus versos siempre me hace pensar y recapacitar sobre las cosas de la vida, pero yo siempre digo una cosa que nos respete la salud para seguir leyendo tus versos
ResponderEliminarUn saludo,,J.LaVelles