Con la luz de dos velas y el
sentimiento en la piel, inicio el periplo de la prosa sincera que pretende
acercar a los pensamientos de quienes lo leéis, una vez extraídos de los míos
para convertirse en cientos de palabras, la sinceridad del parlante de versos
que no riman, la austeridad del escribiente que no sabe escribir, la parquedad
y el tumulto de ideas con voluntad de ordenarse en vuestras cabezas y con la
sana intención de hacer aflorar sonrisas y lágrimas o abrazos y muescas en el
corazón.
Austeros fueron y son tus
pensamientos y fuertes tus arraigos, de lágrima fácil pero bien encubierta, de
palabra llana y altura en tu cabeza, de pisada firme y serena protegida por tu
aurea de voluntarioso y amigo; siempre has sido y serás diferente al resto y por
eso te admiran. Nunca sentí celos de ti, ni siquiera hoy con lo mucho que tienes, porque serías capaz de
cederlo por mi bienestar y el de los que te quieren.
Receloso y no celoso, altivo y
no presumido, bondadoso y sensible pero no tonto y sensiblero, valiente y
decidido, directo a la verdad, pero cuidadoso y discreto cuando duele al que
respetas, la sinceridad de tu verbo y el dolor que produjera, el daño de los
tuyos por una honestidad excesiva.
Discreción y cautela tuviste
conmigo siempre a raudales, respeto como hombre y como parte de ti, como sangre
de tu sangre, siempre supiste callar lo que te dolía para no acariciar ni
siquiera lo que parecía ser mi felicidad…tu silencio se escapaba en tus miradas
y en tus afirmaciones duras y a veces recelosas para protegerme, porque como
animales que somos, el más mayor suele proteger al más pequeño.
Y ahora cuando el pequeño
tropieza y quiere levantarse, se da cuenta de que a pesar de su incredulidad,
de su materialismo profundo y confeso, de su pensamiento cerrado y mordaz en
ocasiones, empieza a creer en ÁNGELES, o más bien podría decir que en su ÁNGEL
de la guarda…ese al que rezaban los creyentes admirándole como firme compañero
en el cabecero de su cama y protector fiel y leal, que extraería la tierra con
sus manos si fuera necesario para allanar tu camino…y entonces me doy cuenta de
que tropezar no es malo y si constructivo, tal vez porque tenía y tengo un
ÁNGEL de la guarda que está a mi lado, en silencio, sin aparecer, sin poner
anuncios que desvelen su identidad, porque no le hace falta presumir de dar y
lo único que hay que hacer es dar y nunca presumir.
Podrías presumir y no lo harás
de haber dado luz a mi vida, podrías estar cerca a pesar de la lejanía, podrías
hablarme o callar todo lo que siempre me hubieras dicho y nunca me dirás,
podrías ser y serás el orgullo de mis tejidos y de mi cuerpo porque están
hechos de la misma materia, pero no hace falta que hagas nada porque ya lo has
hecho TODO, no se puede hacer más por alguien aunque pienses que es de LEY
hacerlo, no se puede entregar TANTO y permanecer en el anonimato y por eso hoy
me he dedicado a sacar del anonimato y de los libros de caballería al hidalgo
que sin corcel ni lanza y sí con alegría y prestancia me sigue levantando a
cada minuto como cuando lo hacíamos en la misma habitación, aquella que dejaste
convirtiéndola en mi refugio de soledad, y ofreciéndome todo lo que tienes si
fuera necesario para hacerme FELIZ.
Y miro atrás y se me hacen
cercanos los momentos de leer a MIGUEL HERNÁNDEZ, de hablar de los beneficios
de la glucosa para evitar el cansancio, de las competiciones de diccionario, de
las mañanas en el DETROIT, o los perritos en el STOP, de las risas y el hambre
que provocan algunos inhibidores de la realidad, del primer cigarro liado en la
garganta de Santa María, del dinero que me dabas a escondidas, del nacimiento
de mis dos niñas que no son otras que tus dos niñas, de tus partidos de futbol,
de mis tardes de banquillo, de lo mucho que me has enseñado en la vida y lo que
te queda por enseñarme a pesar de lo cerrado que puedo ser a determinados
aprendizajes que solo entran en mi cabeza a golpe de martillo y cortafrío.
Pues solo decir que mi ÁNGEL de
la guarda EXISTE igual que os dije un día que existían las HADAS, y de los dos
he hablado,… mi HADA permanece cerca de mí, tanto que la confundo muchas veces
conmigo y me llena sin hacerse una idea de cuánto y mi ÁNGEL de la guarda,
revolotea sin alas pero con una inteligencia sublime, pícara y sutil propia de
los ÁNGELES e impropia de los mortales para protegerme tanto que a veces me
siento el pequeño de la familia…y tal vez será porque lo soy….NO CHACHE???
UN BESO GRANDE HERMANO…TE QUIERO MUCHO.
*****
Es emocionante leer esto de la persona que lo escribe y de la persona que los inspira. Aprovechemos la fortuna de la presencia de Los Angeles... que aunque escasos siempre protegen nuestras animas! En mis recuerdos, SIEMPRE!
ResponderEliminarTu sigue levantando el vuelo que alas no te faltan y si no....para que están los Angeles?? UN BESO.-
ResponderEliminar