Cantar en
silencio, como callan los brotes de la primavera mientras surgen de su
misterioso amanecer, rumbo al sol y al viento, cercanos al agua y al calor de
las miradas, esas miradas que buscan la belleza de un momento inusual pero
común, distante de lo cotidiano y próximo al sueño de la mirada perdida.
Odiar el
cariño postrado y lento. Apesadumbrado de esperar la iniciativa del tiempo y el
azar, sé caminar rápido para acostumbrar mis movimientos al tren de la vida que
se pierde entre el andén de la incertidumbre y el sendero de tu certeza.
Nadar volando
entre las dunas del cariño y el calor de la pasión y aparecer escondido en la
niebla, velado en las fotos, huido en el tiempo, sonriente y testarudo, cordial
y lábil.
Mentir para
olvidar tu enajenado corazón, que se aproxima a unir sus cavidades en una y
fundirlas con la esperanza de dibujar tu amor y hacerlo de tal forma que se vea
desde la cumbre de un sótano oscuro y la penumbra de la luz de la mañana.
Intuir tu
mendaz futuro y sustituirlo, arañar tu presente e impregnar tus dedos con su
aroma, mudando tu piel entre sus ramas, recordar que el pasado es latente en tu
sentir y moribundo a cada instante.
Ganar la
batalla a la paz y la guerra a lo común, para implorar que tu cuerpo sea parte
de nadie y pertenezca entero al aire que sublima tus pulmones, dotando de vida a
tu ser.
Ocupar las
calles de pisadas firmes y constantes, constatar al mundo la claridad del
sentir y la oscuridad del sinsentido, musitando tu fragilidad y acallando al
impostor de sangre, al cínico de piel, al más ínclito estúpido.
Osar ser
especial, sin hacer nada para ello y no conseguirlo, ser inconsciente y mordaz
corroborando tu vacío y así poco a poco construir las laderas del monte que
asciendes para reflejar tu cara en una nube que se aproxima a ti y empapa tu
cuerpo y despeja tus dudas.
Serio en
momentos lúcidos, sonríes al que se acerca y le cedes tu voluntad, atesorando
un amigo y desprendiéndote de ti.
Imaginad solo
un momento que vuestra piel no os pertenece y se enmudece solapada a la ajena,
poseyéndola. Sublimad vuestros sentidos para llegar a encontrar el dolor de
quien amas en tus manos y poderlo sanar. Ampliad vuestra pasión hasta
convertirla en el ritual de amor al que te entregarías sin mesura ni tiempo,
con el único fin de colmar y colmarte de él.
Ningún proceso
es acabado ni final, ningún amor es infinito, ninguna pasión termina.
Mientras
suturas tus meninges, deshaces tus manos en caricias propias del que aventura
la marcha… y durante su estancia incumbes hasta tal punto, que dejas de
importarte y prefieres importar.
Ignorar es de
imbéciles si la verdad es certera, construir es de necios cuando el adobe es de
aire, presumir de una mentira sin constatar su verdad es languidecer tu
existir.
¡ERES
ESPECIAL…NO CAMBIES!. *****
P.D. “Tal vez el necio sea feliz, por no
serlo en realidad, tal vez el rudo, busque un instante para bailar con su tutú
rosa, y seguro que el que se siente laso, advierta al mundo la fortaleza del
honesto” ¿NO?
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