miércoles, 3 de abril de 2013

"TRISTEZA DE AMOR"

Del florecer marchito de un sentimiento…del nacimiento muerto de un beso apasionado, del cauce seco de un abrazo, del viento quieto de tus labios, de la alegría triste de tu mirada, del sutil pero vasto color de tus palabras, de la inapropiada realidad que convierte lo intenso en frágil, lo eterno en pasajero, lo inmenso en vacío y soledad,… de ese preciso instante, aparecen las mañanas en la fotografía inhóspita de mis días lánguidos y pesarosos , en el momento en que la realidad se apodera de la pobre ilusión que puebla lo vivido sin medida ni condición, por temor a que se aparte y deshaga, o por el simple hecho de querer vivirla,… por la noble razón de amar sin medida ni condición.
Inquietud y transición a una realidad no deseada que se apodera de ti, cuando no la has invitado, ni siquiera a asomar su aliento, rutina inapropiada e insolente que te dicta un cambio hiriente que trastocará tus tranquilos sueños.
Qué hace pensar al profano que puede agasajar el oído de los “cultos” sin leer, ni estudiar, sin medir ni pautar…con el solo acto de escuchar y atender, observar y aprender, percibir y sentir, mirar y amar.
Un ruido en el pecho, augura que se queda sin fuerza y aquel corazón que latía sin parar y acompasado, cambia su ritmo seguro y alegre por la más pobre canción de amor…aquella donde la tristeza del mismo, surge y la crueldad de la sinrazón se apodera de los pulmones, impidiendo un suspiro, un aliento, un soplo, …un beso.
Emigra el ave en busca de su lugar de reposo, para encontrar nuevos horizontes y borrar el frío de sus alas, que sufren atenazadas al cuerpo con el temblor que provoca el invierno cuando viene sin llamarle e impide el retozar de sus crías, el pavoneo de sus pretendientes o la simple necesidad de alimentarse,  y marchan sabiendo que aquel lago donde pasaron sus días más felices, tal vez no volverá, porque su instinto nunca les guíe de nuevo, porque sus alas estén cansadas e inertes, porque el viento cambie de tal forma que las nubes tapen su destino o porque el lago ya no tenga agua suficiente para albergarlas.
Nunca piensa el pintor en crear su obra final, pues está enamorado de los colores y las formas, de sus pinceles y sus lienzos como lo hacen las personas, las unas de las otras, cuando el amor existe, cuando el amor es aquello que no se explica con las palabras ni se entiende con los sentidos…y por ello el pintor sigue creando sobre el pulcro e impoluto cuadrado de tela, aquello que siente en cada momento y que impregna de sentimientos las miradas ajenas, para nunca conseguir lo que impregne de perfección la realidad imaginaria del sutil deslizar de las crines de su pincel sobre la sábana tensada de su marco.
Oculto permanece el músico en su retiro, mientras balancea las corcheas de un lado a otro en un pentagrama infinito que nunca compondrá, la sinfonía perfecta, la canción inesperada o el timbre de voz que se asemeje a la melodía de las sirenas.
Mientras, los ufanos alardearán de prestancia en sus caras, de sonrisas de papel y de presencia en el mundo…Los profanos deberemos emigrar y permanecer ocultos por padecer un ruido en el pecho, que surge por la inquietud y la transición que les somete, por temor a florecer marchitándose, por un temor horrible a no culminar nunca, su obra final.
Es de rigor someterse a la vida y a sus circunstancias y es justo confiar en que amanece con puntualidad, pero la vida es efímera y la justicia  injusta, las condiciones son cárceles y siempre amanece para unos pocos.
Qué obliga al que siente a sentir al revés, al que emprende a dar un paso a atrás o al niño a callar sin justificar las causas.
Un día seremos personas, y se nos respetará por serlo, pero ese día será tarde para sacar nuestras armas…esas que nos ofrecen la condición de pertenecer a la especie humana, sin necesidad de argumentar ni ofrecer, esas que no dañan al prójimo y solo ofrecen libertad, esas que no entienden aquellos que no las conocen, esas armas que desarman al que confía en ellas a pesar de su absoluta inexistencia.
Igual que el amanecer oscuro y la noche sin estrellas, igual que la rutina inviable o la constancia sin mesura, igual que el que busca y no haya, igual que el que siente y no disfruta.
Es duro no gozar con el amor, por no poder expresarlo y vivirlo con tu cuerpo, es morir en los brazos de la piel deseada, es vivir en la ausencia de respeto, es nacer sin condición humana.
Raquíticas fuerzas se alían en torno al muro de las lamentaciones de tu cuerpo, cuando está vacío y usado, roto y desalojado, mermado y constituido por los trozos vivos de tu razón.
El amor no existe, ya sabéis que nunca creí en él, porque cuando confías te lastra, cuando te entregas te para, cuando te ofreces te frena, cuando le conoces….SE MARCHA.
Si está por ahí, llamadle, decidle que no confío, pero le puedo dar todo, le puedo enseñar un sueño, decidle que no es mentira y probarle sin ningún freno, avisadle de mis lacras, de mi cárcel, de mi miedo…y si le encontráis y quiere, decidle que aquí le espero, roto, partido, encarcelado, pero con mucho respeto, para abrirle el camino al mundo, para respetar su credo….
Y…
No romperé mis caminos ni hipotecaré mis ojos, porque son ellos los que me ofrecen tu mirada.
Menciona mi nombre y buscaré en el aire el camino de tu aliento para llegar a tus labios.
Osa pedir al viento que seque tus lágrimas y le llamaré para que impida que se derramen.
Enuncia un verso y culminaré una poesía.
P.D. “ No se me ocurre nada...tal vez será porque lo haya dado todo"*****

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