Sentir que tu pulso se acelera y tus ojos
se abren mientras tus manos se tornan tersas y tu sonrisa aparece, desde el despertar.
Ordenar el día con tu mirada serena y tu
caminar certero, piropear al cielo por dejarte admirar su grandeza y fulminar
tu cordura pues estás loco y pleno de felicidad.
Lanzar mil besos al aire y esperar a que
los recojan entre manos, mejillas y labios, pues se hicieron para ellos.
Ostentar el cargo de poder más grande que
nunca pudiste tener y que no es otro que el de sentirte tu, sin remilgos ni
miramientos, sin pensar en nada mas, simplemente tu.
Parar al mayor y mirarle a los ojos, al
pequeño y acariciar su pelo, al insolente y obviarle, al enamorado y no
envidiarle.
Alagar con tus guiños de palabras
sostenidas por el tiempo, al que quiera escuchar tu voz, pausada y detenida por
la seguridad, amplia y llena de verdades, complicada de entender pero fácil de
intuir.
Ríes, sonríes, das, ofreces, buscas,
encuentras, observas y admiras.
Ambientes de luces, y brotes nuevos, que
esperan al sol para ensanchar la belleza del paisaje, mientras tiemblan por la
incertidumbre del que los mira.
Quiero salir a la calle y saltar, o
gritar, o tal vez cantar en una plaza llena de gente para que sepan que estoy y
que existo, que no pienso en detenerme, que el impulso es mi latir y el paso mi
cometido.
Un río de cristalinas aguas llena tus
ojos y ves certero lo que quieres, un mar de pobladas lágrimas se esconden sin
saber por dónde salir, porque las cerraste el paso y las llenaste de claridad
en el pensamiento y de sendas por donde andar.
Eriza tu bello el sutil despertar de la
brisa, y sientes tu piel, esa que sabe sentir y recibir, brillar y adormecer,
calmar y apasionar.
Mañana es tan tarde que hoy me he puesto
el traje de alegría, bordado con hilos de grandeza, ceñido con pespuntes de
miradas sinceras y abrochado con mil sonrisas.
Es el principio de algo, como siempre,
pues nada es sin empezar, y por eso hay que aferrarse a ello, sin temor ni
tristeza.
Limpiaré la suela de mis zapatos para que
no ensucien tus pasos si por allí has pisado.
Empezaré a mirarte a los ojos de frente y
sin pestañear para no perderme un instante de ti.
Acariciaré sin que te des cuenta, tu cara
con mi mirada.
Sabré que soy uno más y no un ser
especial, para aplacar mis aires de grandeza a tu lado, pero seguiré estando.
P.D. “Bienvenida Felicidad" *****
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