Ya no tengo costumbre de
sonreír, pues cedí el privilegio al triste para sanarle de su miseria.
-¿Y ahora eres tú el miserable? –
Preguntó el ávido lector
-¡No!-
Respondí
-Solo estoy esperando a verle sonreír para contagiarme de su alegría.-
-¿Y mientras?-
Insistió el ávido lector
-Mientras, querido amigo, sólo es tiempo y solo espero que valga la pena- Le argumenté
-Ya, todo eso es muy bonito pero…
-¿Dices que eres capaz de ceder tu felicidad para conseguir la de otro?-
Apenas pensé la respuesta.
-Perdona, pero no has leído bien lo que escribo,
nunca hablé de mi felicidad sino de la costumbre de sonreír. Cuándo uno
acostumbra a sonreír puede llegar a hacerlo sin querer, pero cuando uno se
contagia de la felicidad ajena, puede llegar a ser FELIZ.
CONTINUACIÓN
Observe un día que me miraban tímidamente con semblante triste y
me llamó la atención.
Ella se acercó y me dijo:
-Un día, recibí el regalo desinteresado de un millón de sonrisas y me las quedé-
-Cuanto me alegro- Contesté.
Ella se acercó y me dijo:
-Un día, recibí el regalo desinteresado de un millón de sonrisas y me las quedé-
-Cuanto me alegro- Contesté.
Ella miró fijamente a mis ojos y se fue, pero antes
me dejó un papel cuidadosamente doblado en mi mano izquierda, la cerró
suavemente y la apretó con cariño.
Sé perfectamente que has estado repartiendo
sonrisas durante toda tu vida, te conozco, sé que nunca te acostumbraste a reír
porque lo hacías sincero, pero ahora… ¿Por qué no sonríes ahora?, ¿No has sido
capaz de contagiarte de la felicidad que has dado?
Leí esa nota, no sabría decir cuántas veces, pero
fueron suficientes para asentir, que aquella mujer tenía razón y cada uno
debería prestarse un poquito más de atención y prestar menos sonrisas gratis.
DESENLACE
Y pasó el tiempo.
-¿Cuánto?-
Preguntó el ávido lector
-El tiempo es sólo eso, TIEMPO-
.
Le respondí
-¿Sigues conservando el papel que te di?-
Dijo mientras sonreía
Claaaro, por supuesto
Asentí alargando la primera vocal de la primera palabra.
¿Me lo puedes dar?
¿Y me has hecho caso?
Estuve a punto de engañarla pero desde que la conocí hice el propósito de no hacerlo junto con el de respetarla…Entonces aniñe mi mirada y la dije que seguía intentándolo.
Se acercó y me susurró una pregunta al oído a la que yo respondí afirmativamente.
Extrajo de lo acontecido grandes conclusiones y las contó tal cual se las imaginaba o se las inventaba, que para el caso es lo mismo.
A saber…
Y pasó el tiempo.
-¿Cuánto?-
Preguntó el ávido lector
-El tiempo es sólo eso, TIEMPO-
.
Le respondí
Y la mujer que dejó aquel papel en mi mano y se
fue, apareció de nuevo, se acercó y me miró, pero ahora ya con un semblante más
firme y alegre.
Dijo mientras sonreía
Claaaro, por supuesto
Asentí alargando la primera vocal de la primera palabra.
¿Me lo puedes dar?
Metí la mano en mi abrigo y saqué aquel papel
arrugado que conservaba desde hacía un tiempo y se lo entregué con el mismo
cariño que ella me lo había escrito y depositado en mi mano.
¿Y me has hecho caso?
Preguntó con un gesto más serio y casi maternal,
que no podía ocultar que era de complicidad porque la semisonrisa de su boca
siempre la delataba.
Estuve a punto de engañarla pero desde que la conocí hice el propósito de no hacerlo junto con el de respetarla…Entonces aniñe mi mirada y la dije que seguía intentándolo.
Se acercó y me susurró una pregunta al oído a la que yo respondí afirmativamente.
Ella rompió aquel papel en mil trozos, volvió a
mirarme y pude disfrutar de esos ojos brillantes e ilusionados que hacía tiempo
no miraba, sus labios se acercaron a los míos y fueron uno, como lo fueron
siempre que se fundían en un beso conmigo, nos volvimos a mirar, sonreímos y
comenzamos a andar mientras nuestras manos se entrelazaban, también como
siempre, sin pedir permiso la una a la otra, de forma inusual pero segura, sin
premeditación, sin darse cuenta de que iban a seguir juntas SIEMPRE.
The end (sería el final de un breve cuento en
Inglés pero el escritor siguió pensando y…
Volvió hacia atrás en el abecedario y convirtió la
“T” en “S”, dio un paso hacia adelante y la “H” fue una “I”, conservo las dos
letras “E”, con la “N” pensó que sería conveniente hacer lo mismo que con la
“T” y retrocedió para convertirla en “M”, pero después de darle muchas vueltas
las cuentas no le cuadraban y decidió que la última letra era inapropiada para
sus objetivos y que sobraba un espacio entre los dos términos escritos en
inglés y colocó una "P" y una “R” por el placer de colocarlas, porque
le apetecía, sin ningún tipo de explicaciones…O tal vez para combinar los
sonidos de este jeroglífico de letras y argumentos y ordenarlos a su antojo,
obteniendo una de las más bellas palabras que nunca había conocido…
SIEMPRE.Extrajo de lo acontecido grandes conclusiones y las contó tal cual se las imaginaba o se las inventaba, que para el caso es lo mismo.
A saber…
En la VIDA, a veces hay que retroceder y esperar,
otras veces avanzar aunque sea poco, también hay que eliminar momentos de tu
vida que no te aportaron nada, debes conservar aquello que ha resultado
gratificante, feliz… y si hay un espacio que quieras llenar…Debes luchar por
hacerlo, y no dejar vacíos que sean fundamentales para lograr tu objetivo
final…
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