miércoles, 7 de noviembre de 2018

DORSO HÚMEDO

Murió y no estuve allí para sosegar la agonía que nunca supuse y jamás pregunté después.

Pasaron los días y me dolían mas las vísceras... Los momentos vitales donde aparecía, comenzaron a ocupar mis venas y a enfangar el paso normal de mi sangre . Pero hablé amenudo del rigor de tu mentira, del amor desmesurado...Hablé tanto, que mi voz y mis palabras se confundieron con el hijo de vida que mantenías cuando dejé de verte, y me vestí desde entonces con tus pieles ya ajadas por el tiempo y el sol del campo; rasuré mis defectos para ocuparme de los tuyos y vencerlos en pro de una libertad que mantuviste entre rejas insalbables para tí y futiles para mí; vendí mi alma inexistente, para que ahora fueses tú la que hablaras en mi nombre o con mi garganta, para que acallaras las voces que te callaron y omnubilaras con tu sensatez y tu amor al de al lado, siempre más que a ti misma; lo hice para pertenecerte...

Fue entonces cuando susurraste a mi oído palabras con olor a tí, de tal mesura y belleza, que los renglones que portaban, colreaban el turbio y amargo camino de mi sinrazón.

Escuché, ahora tranquilo, tus enseñanzas ,te escuché morir entre historias de lejos y cerca, daba igual de dónde procedieran pues tu sabías y te gustaba saber.

Entre ellas se mezclaba el amor, el honor, el dolor y la lucha....siempre la lucha. Escuché y escribí solo para tí, lo que tu habías escrito ya antes para mí sin apreciar que lo hacías.
Esa noche escogí de entre todo, algo certero y hondo que acompañó mi letargo hasta lo mas profundo del sueño... hasta tan dentro, que al quedar arando mi piel pude leerlo con mis manos, atraparlo entre mis dedos, y llevarlo hasta un papel dibujado de letras ordenadas en este sentido:
"Convertir tu orgullo en un desprecio.

Suturar tu piel despues de quedar ajada, lasa y maltrecha de humedad.

Tus lágrimas brotan sin mesura.

De tu espalda al pecho, del pecho a la garganta y de ahí al lacrimal impoluto de tus ojos ávidos de libertad.

La Naruraleza intransigente invita a debilitar tus huesos y encumbrar tu esperanza.

México camina, nada y tropieza en el fango absurdo del sendero hacia una muralla plagada de muerte.

Mientras sus muertos son venerados con calaveras de colores y atuendos histriónicos.

Fuerza y ccotradicción, cordura, color y lágrimas llenan tus rancheras de amor y honor, de lucha y de sinrazón.

Hoy es el ayer de hace cien años, mañana solo es hoy si amanece".

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