Ya deberíamos acostumbrarnos a la arbitrariedad
de los hechos, a la dictadura del demócrata de pacotilla, a la autocracia del
bastón de mando, al absolutismo implantado.
Ya deberíamos creer en NADA y contener
nuestra furia, para dar paso a la ignorancia supina, al costumbrismo amueblado
con trapos y enseres añejos y obsoletos, a la sintonía de la carta de ajuste
sobre los mapas de bips de nuestra sociedad actual…porque sin intentarlo, no
convencemos y si lo hacemos nos echan, porque sin concebirlo somos extraños al
lado de la intransigencia de lo común.
Lo que ocurre en la vida es lo que ocurre
en el corazón…siempre se pueden establecer silogismos que lo sustenten y cada
día me encuentro más inmerso en los argumentos que derrotan el amor en pro de
la normalidad y la eucaristía del día a día con la solemne santa unción.
Por mucho que niegue las máximas que nos
acontecen, me frustran los hechos y deterioran los acontecimientos, postrándome
a los pies de los que PUEDEN y los que poseen títulos NOBILIARIOS, y dejándome
llevar por la brisa del bienestar del absurdo y creyente en lo incoherente.
Incapaz de mover el mundo, por su enorme
peso y mi frágil cuerpo, rindo mis armas y las cedo a la MENTIRA, a lo COMÚN, a
lo IRRACIONAL, a lo COTIDIANO, a lo injustamente NORMAL…levantando la CABEZA,
que no suelo agachar, para dejar que el río de la RUTINA, se apodere de mí y me
enseñe a BESAR y no enamorarme, a MIRAR y no ilusionarme, a CREER y no
confiarme, a GUARDAR y no a tánto entregarme, a HUIR sin temor a marchitarme.
Aprender a enseñar sin enseñarse,
solucionar las vidas y no arreglarte, donar tu alma inexistente, postrar tu
calma incomparable, subir cimas inconcebibles, armar armas que no disparan,
pudrir lágrimas en tu pecho, quedar rancio en cualquier parte, ser absurdo
hasta decir basta, campar ancho tus estrecheces, presumir lánguido de tu
prestancia y aburrir monos con tus palabras.
Se acabó el mundo de las ideas, demos
paso a la tecnología del IMBÉCIL, al amor del más JOVEN, a la democracia del
más PODEROSO…y escondámonos entre los juncos de la LIBERTAD, los sonidos del
arroyo del AMOR y la impensable PAZ, para desde el anonimato surgir para
postergar nuestra EDAD hasta el momento en que ella se apodere de nosotros.
VAYAN USTEDES EN PAZ…Yo me quedo como
estaba y si alguien tiene aperturas nasales de un calibre suficientemente
grande como para doblegar mi entereza…SOY ENTÉRAMENTE SUYO.
P.D. “No creo, creer en lo que creen, mas
confío en confiar en quién confía” *****
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