(Fernando Álamo) Barca varada
Una prosa se va al verso, mil razones
para amarte, mil canciones, mil olores mas no consigo encontrarte, dónde estás
FELICIDAD que cuesta tanto a ti hallarte, donde estás FELICIDAD si no existes
en mi vida, dónde tendré que buscarte.
Siglos, años, días, meses… TIEMPO siempre
inescrutable, para sentirte en mis sienes
nunca consigo callarte, me trastocas los sentidos, me aplacas iras, me
rompes rumbos, me das el hoy por mañana, me mueves como a los juncos, de aquel
río caudaloso de verdades insondables, como el mar que acerca el ritmo de las
olas a la tarde.
Me ofrezco mil veces yo, me muestro tal
cual me siento, pero dónde está el AMOR, dónde estás ¿en el viento?, te alejas
cuando más cerca, de mis latidos te siento.
Te marchas poquito a poco, permaneces
pero lejos, te aproximas, me perteneces, te marchas, me dejas muerto. Apareciste muy tarde,
rompiste todos mis moldes, abriste toda mi alma, irrumpiste como un resorte, en
el fondo de mi cuerpo, en cada poro de mi piel, en la luz de mis secretos,
entre tus labios de miel.
No puedo tenerte cerca, nadie quiere que
eso ocurra, tranquilizaré mi cuerpo, aclararé mis mil dudas, transigiré ante la
vida y maltrataré mis caminos, pensaré siempre en voz alta, caminaré hacia un
destino, que me depare humildad y ganas de ser YO MISMO.
Irrumpiré en el calor del sol, para
quemarme por dentro, y con fuego y desolación, siempre la misma canción, YO no
he nacido para esto, yo ya he engendrado mi AMOR, he luchado por mil causas, no
he conseguido ninguna, vuelvo de nuevo a la NADA.
La NADA me indicará cuál es, mi ausencia
y mi destino, ese que nunca está, ese que alumbra el camino, del que a veces
cree en él, cuando está en un laberinto, del que mira hacia adelante aunque sea
un desatino, pues pensar que existe arropa, pues creer que está consuela, pues
sentir que el tuyo es bueno, te alumbra como una vela, que se mueve en torno al
viento, esa que arrima tu vista, al humo de la distancia, al arrullo de la ira,
aplacada por color, por calor y por caricias, engañada del ardor de tus lejanas
sonrisas.
Si me marcho no es que huya, si me
distancio, lamento y si me quedo a tu lado, por no tenerte muy cerca, me muero
de desconsuelo.
Mi vida ya está partida, en un millón de
secuelas, es producto de la envidia, me llena con la tristeza, con el naranja
del puerto, con el gris de un amanecer, con el brillante amarillo, que me ayude
a perecer, en tu seno, en tu mirada, en tu brillante sonrisa, pereceré entre
tus manos, pero sin ninguna prisa, ya que estaré al otro lado, remando a
contracorriente, alzando fuerte las manos, sonriendo si puedo verte, ansiando
una simple palabra, escribiendo cada día, que tenga fuerza en las manos, para
calmar toda mi ira.
Me agarraré fuerte al surco, que dejas al
caminar, me aferraré a mis pisadas, me acercaré más al mar, gritaré fuerte tu
nombre y aunque no llegue a tu oído, quedaré dentro del mar, del mar de tus
bellos sentidos.
P.D. "TÚ ELEGANCIA, TÚ LOZANÍA, TÚ INTUICIÓN, TÚ SENSATEZ, TU AMOR " *****
Es muy bonito....bonito y confuso..como tú
ResponderEliminarGracias por estar siempre pendiente, y por tener razón...La confusión supongo que habrá que tomarla como un afán de superación.
ResponderEliminarGracias por seguir leyéndome.
SALUD